De acuerdo a lo anunciado por el Ministerio de Salud y Protección Social, el país está viviendo la quinta ola de casos de COVID-19. Según lo manifestó la secretaria de Salud Departamental, Lilibet Johana Galván Mosheyoff, en Caquetá se podría presentar próximamente.
“Seguimos teniendo un aumento significativo de infecciones respiratorias, no todas están asociadas a COVID, pero como ha ocurrido en el comportamiento epidemiológico de este virus, lo más seguro es que teniendo en cuenta los periodos de aglomeración, las fiestas y los cambios climáticos, podemos estar enfrentándonos a estos mismos fenómenos en un tiempo no muy lejano”, dijo Galván Mosheyoff.
Así las cosas, la funcionaria reiteró que la mejor manera de hacer frente a esta eventualidad es por medio de la vacunación, pues así se contienen los casos graves y fallecimientos, insistiendo en que “la vacunación para ser efectiva debe completarse, porque entre los 8 meses que es el promedio que se tiene acorde a la evidencia demostrada hasta la actualidad, estas defensas que se adquieren con las vacunas empiezan a declinar, vuelve a ser susceptible a presentar infección por COVID que podría tornarse grave si no tengo los esquemas de vacunación completos”.
La máxima Autoridad Sanitaria del Departamento hizo énfasis en la necesidad de seguir utilizando el tapabocas y la importancia del lavado de manos, frecuente y correcto, pues según la Organización Mundial de la Salud, es la herramienta más eficaz para disminuir cualquier tipo de infección respiratoria. Agregó que la población mayor de 60 años y los niños menores de 3 años que presenten síntomas respiratorios y cuadros febriles, deben acudir a los centros hospitalarios para que se les practique la prueba diagnóstica que permita determinar si padece coronavirus.
Finalmente, la médica señaló que, de acuerdo a los lineamientos, si bien ya no se generan aislamientos prologados para quienes presentan casos gripales y considerando si están vacunados o no, siempre se recomienda el uso del tapabocas y la distancia con las personas que padecen enfermedades de base o no han sido vacunadas, para no contagiarlas del virus y evitar que desarrollen una infección respiratoria grave.